Tal vez haya una idea generalizada de que la educación en
línea tiene una serie de limitaciones e incluso pudiera ser de menor calidad académica
que un sistema escolarizado presencial. Probablemente antes del surgimiento de nuevas
tecnologías de comunicación, en los inicios de la educación a distancia, si hubiera
toda una serie de obstáculos, principalmente de índole tecnológico, que
limitaban el aprovechamiento de este tipo de enseñanza.
Me parece que, en la actualidad, a la par de los enormes
avances tecnológicos en materia de comunicación, de una manera muy afortunada,
se han desarrollado los principios pedagógicos clave para aprovechar justo
estos avances tecnológicos, que además atienden de manera eficaz una creciente
demanda de educación a un gran sector de la población que por diferentes circunstancias
no pueden acudir a un espacio físico en horarios específicos para recibir esta
enseñanza.
Ahora bien, si aspiramos a ser estudiantes de un sistema en
línea, es fundamental que hagamos una profunda reflexión sobre el cambio de
esquema de aprendizaje que esto implica, sobre todo en comparación a lo que la gran
mayoría, en la cual me incluyo, estamos habituados.
Partiendo de esta reflexión y de la información que hemos
revisado hasta el momento en esta etapa de familiarización con el sistema de
enseñanza en línea, me doy cuenta de que, al menos en mi caso, el mayor reto
implicará todo un cambio de estructura de aprendizaje, en donde es
indispensable desarrollar o mejorar habilidades de comunicación,
colaboración, autogestión, organización y planeación.
Sin duda el ser estudiante en línea implica un gran reto,
pero sobre todo una enorme responsabilidad y compromiso con nosotros mismos y
nuestro proyecto de vida.
Comparto las imágenes con el texto subrayado y con comentarios:
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